Evaluación y educación
La evaluación educativa, realizada de manera apropiada, puede constituirse en un motor del cambio educativo.
Para ello la evaluación debe ayudar a las instituciones y a los educadores a plantearse, con instrumentos conceptuales y metodológicos apropiados, el problema del grado en que un emprendimiento educativo logra realizar los fines y valores que le dan sentido. A partir de los fines y valores que orientan nuestra labor, la evaluación contribuye a indicar lo cerca o lejos que nos encontramos de estos fines, marcando la dirección en que orientar nuestros esfuerzos.
La evaluación debe, además, contribuir a que las instituciones y los educadores reencontremos el sentido más genuino de nuestra vocación para realizar nuestra tarea de la mejor manera posible.
El siguiente texto, de los pueblos originarios de nuestro continente, expresa acabadamente esta visión de la evaluación como actividad reflexiva al servicio del trabajo educativo bien realizado.
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