Apertura: 1 de Octubre 2020
Cierre: 30 de Noviembre 2020

El Museo Figari cumple diez años y lo celebra con una serie de exposiciones e intervenciones curatoriales en museos e instituciones amigas. Bajo el título Figari y sus contemporáneos se busca establecer un diálogo entre las obras de Pedro Figari y el círculo de sus artistas amigos y allegados.

Al mismo tiempo, se intenta poner en relación el acervo patrimonial de los museos uruguayos siguiendo un mismo eje transversal que los une en la temática figariana.

Son pocos los que saben  –y acaso muchos ni sospechan- que don Pedro Figari (Montevideo, 1861 – 1938) y Rafael Barradas (Montevideo, 1890 - 1929) fueron amigos y se profesaron una mutua admiración. El primero alentando al segundo en sus iniciales pasos en las artes, el segundo afirmando el talante creador del primero cuando la mayoría de sus compatriotas lo ignoraban.

De esos maravillosos vínculos está hecha la historia del arte uruguayo. Se conocieron en Montevideo, antes que el joven Rafael partiera hacia España para renovar con su vibrante obra las vanguardias europeas. Probablemente fuera en los salones de la montevideana galería Moretti y Catelli entre 1910 y 1913, en alguna de las varias veces que Barradas expuso allí, según evoca en una carta dirigida a su amigo mayor (que aquí reproducimos) y en la que menciona a otro amigo en común, el poeta Jules Supervielle.

Barradas y Figari
Rafael Barradas. Montevideo, 1913                                   Pedro Figari. Montevideo hacia 1916

En 1913, año de la partida de Barradas hacia Europa, expuso en el Ateneo de Montevideo junto con los amigos cercanos de Figari: Milo Beretta (quien ejecuta un retrato de Rafael con larga melena y fumando), Pedro Blanes Viale, José Cuneo y Bernabé Michelena.

Rafael dedica también unas elogiosas palabras a Figari en una carta dirigida a Joaquín Torres García, sumándolo al club selecto de los innovadores: “Ya somos tres los pintores uruguayos”. La historia le dará la razón y solo cabe agregar que fueron los tres más grandes pintores uruguayos de su tiempo.

Barradas morirá muy joven, en Montevideo, ciudad a la que retorna en sus últimos meses de vida luego de haber estado tres lustros fuera del país. También Figari retornaría a su ciudad natal luego de estar 13 años fuera. Y pese a las diferentes estéticas, se parecen además en que ambos intentaron con su pintura, casi todo el tiempo Figari, y en su última etapa Barradas, evocar un pasado perdido: don Pedro con la construcción de lo que él llamaba La leyenda rioplatina y el joven Rafael con su delicada serie de Estampones montevideanos.

 

Una carta de Rafael Barradas a Pedro Figari1

 

Barcelona, Dic. 11/925

S. Don Pedro Figari
Admirable pintor querido amigo.

Su carta me dio mucha alegría. Se la agradezco infinitamente. ¡Cuántos años han pasado, de aquellas tardes que en el Salón Catelli, le rodeábamos la muchachada.

Siempre me acuerdo de una vez con motivo de una exposición mía, que un pobre hombre se metió con mis cuadros y yo estaba indignado, Ud me dijo “no se preocupe, pidale a ese señor que le muestre la patente de crítico...”

A cuántos, en esta vieja España he tenido que aplicarle eso de la patente...

Muchos años si, pero pocos para la labor enorme que Ud. ha hecho querido Doctor Figari. ¡Cómo me gustaría ver cosas suyas! Conozco muchas reproducciones de sus obras y sobre todo el espíritu que anima a la labor de nuestros poetas y nuestros escritores y pintores jóvenes. En todas partes está esa cosa que Ud les ha dado. ¿Verdad que tenemos en el Uruguay una muchachada que vale un Perú?

Que contento me siento escribiéndole!

También le escribí a Supervielle.

Si voy á París, con verles y conocer XX XX y hablar mucho con Ud. - escucharle – mayor alegría no la comprendo.

Este encuentro con Ud. y con nuestro Supervielle es de lo que no olvidaré nunca.          

Acepte el cariño de su afectuoso a.

Rafael Barradas

s/c Montaner 31-4º 1º
Barcelona


Rafael Barradas. óleo sobre tela de la serie Los magníficos.
Rafael Barradas. Retrato de Pilar, óleo sobre tela,
58 x 76 cm. Ca. 1926. Colección Museo de San José

 

Fragmento de una carta de Rafael Barradas a Joaquín Torres García2

“..Por París está un pintor uruguayo, un gran pintor uruguayo, D. Pedro Figari, hombre de 60 años que se reveló de un modo extraordinario. En una de las revistas3 que le mandaré la semana entrante, si Dios quiere, verá reproducciones de sus obras. Ya somos tres pintores uruguayos. Creo que Figari le interesará a Ud. mucho; va por otro camino que nosotros, pero está muy bien. Figari es de los que no se olvidan nunca cuando se ve un cuadro de él. Pasa, con Figari, lo que con nuestras cosas. Pasa lo único que tiene que pasar. Es hombre camino, como nosotros. Hombre flecha, flecha que va a un blanco. Aunque no se dé en el blanco, ya es importante –tal vez lo único– tener blanco. Una flecha sin blanco no es flecha; es el caso de muchos hombres. Bien, queridísimo Torres; no quiero ser pesado con mi manera de no saber decir las cosas que tan bien las siento…”

 

La colección de Figari del Museo de San José y del Museo Figari

Ambas colecciones parten del mismo tronco, los cuadros pertenecieron, luego de la muerte de don Pedro, a su  hija mayor, María Elena.

“En 1951, el Estado uruguayo adquiere sesenta y una obras de Pedro Figari a la hija del artista María Elena Figari Castro de Regidor, a cambio de la concesión de una pensión especial de $600 mensuales, acumulable al sueldo que recibía como funcionaria pública (Ley Nº 11.773 del 19 de noviembre de 1951). Las pinturas llegaron al Museo Histórico Nacional poco después, el 28 de diciembre. Estas obras no tenían todavía un destino definitivo, quedando en custodia del MHN para ser exhibidas en la Casa de Lavalleja por solicitud de la Sra. Figari de Regidor. El Ministerio de Instrucción Pública  acepta esa opción, ya que tampoco contaba con un depósito donde dejar las obras ni tenía definido su lugar de exhibición… Dado que las obras pertenecían al Estado, y no se les había fijado destino, varias obras de Figari fueron derivadas a otras instituciones y sedes oficiales de Montevideo y del interior, en una búsqueda de difundir la producción de este artista. Así pasaron al Instituto Histórico y Cultural de San José, Asimilación, Viejo cabaret, Matungos, Los reyes inician el candombe, Repechando y En el pueblo.” 4

Por otra parte, la mayor parte de esta colección del Museo Histórico Nacional surgida del convenio con María Elena pasó a formar parte del acervo del Museo Figari por resolución de la Dirección Nacional de Cultura del 24 de febrero de 2017 (019/2017). Actualmente, 21 de las 30 obras que se exhiben en la planta baja del Museo Figari tienen ese origen.

 

Agradecimientos especiales a Julia Sierra, Olga Viera e integrantes de la Comisión Directiva del Museo de San José.

Celebramos juntos los 10 años del Museo Figari y los 73 años del Museo de San José.

Museo de San José. Dr. Becerro Bengoa 493, San José de Mayo, Uruguay.
4342 3672. museosanjose@ gmail.com
Martes a viernes de 15:00 a 17:00 hs


Notas

1. Archivo General de la Nación. Encuadernación 2. Cartas manuscritas y mecanografiadas, enviadas a Pedro Figari.
2. Carta en poder de la Fundación Torres-García; Montevideo, 2 hojas. Citada en Pilar García-Sedas, J. Torres-García y Rafael Barradas. Un diálogo escrito: 1819-1928, Parsifal ediciones, Barcelona, 2001, p. 243.
3. Alfar, La Coruña, núm. 56 (marzo de 1926), págs. 337-344.
4. Beretta García, Ernesto. Obras de Pedro Figari custodiadas en el Museo Histórico Nacional. Informe de Estado de Conservación, Montevideo, noviembre 2009.

Lunes 21 de Septiembre de 2020
Archivos adjuntos
Imagen que representa un archivo
Carta de Barradas a Pedro Figari. 1925, Archivo General de la Nación
Dirección Nacional de Cultura